UGT Servicios Públicos destaca que la evolución de la tecnología y de la sociedad en su conjunto, de la que no son inmunes los centros escolares, plantea nuevos retos a la hora de afrontar la convivencia, aunque informes internacionales como PISA reflejen una buena percepción de la convivencia en los mismos.
Los nuevos retos que han surgido como consecuencia de las nuevas modalidades de acoso y la influencia, cuando no dependencia, de los dispositivos móviles y las redes sociales han supuesto la necesidad de un replanteamiento de la organización en los centros. También hay que destacar que algunas dificultades tradicionales, como la falta de recursos y el exceso de burocracia entre otras, también repercuten negativamente a la hora de abordar de forma eficiente, incluso de poder anticipar y prevenir, las situaciones que ponen en riesgo el buen clima en los entornos escolares.
También merece la pena destacar que la influencia de estas nuevas modalidades de acoso, como el ciberbullying, excede el ámbito escolar, aunque afectan negativamente al buen clima en los centros y requieren de respuestas globales, al incurrir incluso en posibles delitos y no únicamente retos a la convivencia.
Un informe realizado por UGT Servicios Públicos sobre los nuevos retos a la convivencia y el papel del coordinador de bienestar en los centros educativos pone de manifiesto la necesidad de aprovechar la oportunidad que ofrece el centro escolar para reforzar y favorecer el establecimiento de redes de iguales que favorezcan la creación de un buen clima y que, asimismo, ofrezcan la garantía y el apoyo ante posibles riesgos y amenazas y se constituyan como elementos preventivos y de refuerzo positivo, así como que es fundamental trabajar el aprendizaje en las competencias emocionales.
Desde el sindicato, y en el Día Internacional de la Convivencia en Paz, que se celebra hoy, 16 de mayo, valoramos la importancia que la inteligencia emocional, la competencia social y el dominio moral juegan en el desarrollo de la convivencia escolar y a la hora de prevenir y anticipar situaciones que pueden llegar a amenazarla, incluido el riesgo de bullying.
El coordinador de bienestar
Desde UGT, venimos reclamando la creación de nuevas figuras y perfiles, más allá de la docencia, para poder responder a los desafíos a los que tienen que responder y hacer frente los centros educativos en la actualidad, y la figura del coordinador de bienestar y protección, con sus atribuciones, vuelve a demostrar lo acertado de nuestras demandas. Cada vez se hace más evidente la distancia entre las necesidades y exigencias a las que tienen que responder y hacer frente los centros educativos y la normativa que regula su funcionamiento y organización.
UGT reclama un reparto más ajustado de las tareas y responsabilidades que se vienen exigiendo, con carácter sumativo en la mayoría de los casos, al profesorado de los centros educativos, ya sobrecargado con la elevada carga lectiva y el resto de tareas burocráticas que tiene que desempeñar, y para el que, además, ni han sido formados, ni disponen en muchos casos de tiempo asignado en su horario laboral ni tampoco reciben retribución por el desempeño de esta labor.
Las labores que encomienda la Ley 8/2021 al coordinador de bienestar y protección exceden la mera labor docente y requieren, si se quiere que sean asumidas con rigor y garantías, una disponibilidad horaria mayor que las ocho horas semanales que, en el mejor de los casos, se les han asignado por alguna comunidad autónoma.
Por otro lado, exponer al profesorado a una responsabilidad tan grande, sin proporcionarle dicha formación, es un riesgo para ellos y para el centro por la desprotección que puede generar una mala praxis en un tema tan sensible. No podemos olvidar que los centros educativos son el reflejo de la sociedad en la que viven, donde las fronteras y los actores participantes entre los diferentes espacios se han diluido y es muy difícil, por tanto, delimitar el campo de responsabilidad y de competencia del profesorado.
Desde UGT, proponemos que, para evitar dar una respuesta parcial a las problemáticas crecientes que afectan a la convivencia, lo que habría que hacer, en primer lugar, es reforzar los planes de acción tutorial de los centros y la presencia de orientadores y profesionales como el profesorado técnico de servicios a la comunidad (PTSC) o los educadores sociales, que sí cuentan con la formación necesaria y que son especialistas. También habría que establecer un plan de formación para que toda la comunidad educativa se sienta implicada activamente en esas tareas, ya que no se puede añadir y cargar a los docentes con funciones nuevas, y menos si ni siquiera se les ha formado y preparados para ellas.Por último, exigimos que la implementación de esta figura profesional, si se quiere hacer con rigor y garantías, cuente con una dotación presupuestaria estable y suficiente.