fespugt.es publica:
La amenaza de la COVID-19 ha alterado significativamente los ritmos de la educación: ha modificado de manera sustancial la actividad diaria de los centros escolares, hasta el punto de mantenerlos cerrados durante un tiempo, y ha otorgado a la enseñanza en línea un protagonismo que nunca había tenido en tal grado, y ante la que el profesorado ha tenido que reaccionar espontáneamente sin disponer de la formación suficiente. El coronavirus marcará también el Día Internacional de la Educación, proclamado por la Asamblea General de Naciones Unidas y cuya tercera edición se celebrará este año el 25 de enero, que tendrá como lema ‘Recuperar y revitalizar la educación para la generación COVID-19’.
Además de ser en España la causa de más de 55.000 de los dos millones de muertes producidas en todo el mundo, la repercusión de la pandemia en el ámbito educativo ha llevado a que cerca de 1.600 millones de estudiantes de más de 190 países se hayan visto afectados por los cierres de centros escolares y universidades, y a que alrededor de 463 millones no pudieran acceder a ningún tipo de aprendizaje a distancia en los primeros meses de la crisis.
Esta situación ha provocado retrasos en el progreso académico de los estudiantes y un elevado grado de malestar entre un profesorado que, como se reflejaba en la encuesta realizada por FeSP-UGT en el mes de diciembre, reconocía en un alto porcentaje sufrir estrés y sobrecarga de trabajo, falta de medios, dificultades para llevar a cabo la conciliación familiar y laboral y sentirse poco o nada preparado para poder impartir la docencia con metodología online.
Ese desigual acceso por parte de docentes y estudiantes a los materiales digitales ha acentuado la brecha digital e incrementará las desigualdades existentes entre el alumnado, como es fácil de prever a la espera de que los estudios lo certifiquen, por más que organismos como el Consejo Escolar del Estado, por ejemplo, hablen de “prejuicios” e insten a disponer de estadísticas fiables, estudios internacionales y evaluaciones externas.
De la misma forma que el acceso a las tecnologías digitales debe ser equitativo para alcanzar una educación de calidad para todos, también el profesorado debe disponer de la formación adecuada, las competencias y el respaldo necesarios para extraer de ellas todo su potencial. Y para ello, ha de ser consultado por las Administraciones educativas en cuestiones como la naturaleza de esas herramientas digitales o la evaluación de su eficacia en el proceso de enseñanza.
Según los datos de una encuesta de la Internacional de la Educación (IE), la federación internacional de sindicatos de la educación, más del 70% de sindicatos de la enseñanza de todo el mundo considera que las necesidades de formación del profesorado sobre tecnologías digitales apenas se satisfacen, en tanto que otro 74% declara no haber podido participar en la evaluación del grado de eficacia de las nuevas tecnologías introducidas en las clases.
En vísperas de la celebración del Día Internacional de la Educación, FeSP-UGT reitera la necesidad de garantizar la equidad y la calidad de la enseñanza, y por tanto de proporcionar los recursos materiales y humanos necesarios para no dejar a nadie atrás.